Los medicamentos beta-lactámicos son una clase de antibióticos ampliamente utilizados en la cría clínica y animal, que incluyen penicilinas, cefalosporinas, etc. Entre ellos, la amoxicilina se usa particularmente comúnmente en la prevención y el tratamiento de enfermedades animales debido a su amplio espectro antimicrobiano y eficacia significativa. Sin embargo, el uso o abuso irrazonable de estos medicamentos puede llevar a sus residuos en alimentos de origen animal, lo que representa una amenaza potencial para la salud humana, como desencadenar reacciones alérgicas e inducir resistencia bacteriana. Por lo tanto, la detección de residuos de medicamentos beta-lactámicos en los alimentos, especialmente la amoxicilina, es un vínculo importante para garantizar la seguridad alimentaria.
La detección de residuos de medicamentos beta-lactámicos es de gran importancia para la supervisión de la seguridad alimentaria y la protección de la salud del consumidor. Después de que los animales ingieran medicamentos beta-lactámicos, los medicamentos se metabolizarán en el cuerpo, pero algunos aún pueden permanecer en tejidos comestibles como músculos, órganos internos, leche, huevos, etc. La ingesta a largo plazo de alimentos que contienen tales residuos por parte de los humanos puede tener efectos adversos sobre el sistema inmunológico y el sistema digestivo, especialmente para las personas con alergia a la penicilina. Los residuos de trazas pueden causar reacciones alérgicas graves. Además, el problema de la resistencia bacteriana también se está volviendo cada vez más grave. Los residuos de medicamentos en los alimentos son una de las formas importantes de propagar la resistencia bacteriana.
Para la detección de medicamentos beta-lactámicos, los métodos tradicionales como la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) y la cromatografía líquida-espectrometría de masas (LC-MS / MS) tienen una alta precisión y una buena sensibilidad, pero la operación es complicada, requiere mucho tiempo y un alto costo, lo que dificulta satisfacer las necesidades de detección rápida en el sitio y detección de muestras a gran escala. Por lo tanto, surgió la tecnología de detección rápida. Entre ellos, la tecnología de cromatografía de oro inmunocoloide ha sido ampliamente utilizada en el campo de la seguridad alimentaria detección rápida debido a sus ventajas de operación simple, rápida y eficiente, costo relativamente bajo y resultados intuitivos.
Wuhan Yupinyan Bio, como fabricante profesional de reactivos de detección rápida de seguridad alimentaria, conoce la importancia de una detección rápida y precisa. Los reactivos de detección rápida para beta-lactama (incluida la amoxicilina) desarrollados y producidos por él están dise?ados para proporcionar herramientas de detección convenientes y eficientes para los fabricantes de alimentos, las autoridades reguladoras y las instituciones de prueba. Estos reactivos suelen utilizar principios específicos de reacción antígeno-anticuerpo, que pueden completar la detección de muestras en poco tiempo (generalmente de unos minutos a diez minutos). Son adecuados para la detección rápida in situ de residuos de medicamentos de beta-lactama en diversos alimentos de origen animal, como carne de ganado y aves de corral, productos acuáticos, lácteos y huevos. Al utilizar los reactivos de detección rápida de Wuhan Yupinyan Bio, se puede ayudar a las unidades relevantes a detectar problemas a tiempo, controlar eficazmente los riesgos y garantizar la calidad y seguridad de los alimentos desde la fuente.
Con la mejora continua de la atención de las personas a la seguridad alimentaria y el fortalecimiento continuo de la supervisión, los requisitos de detección de residuos de medicamentos como los betalactámicos también son cada vez más altos. La tecnología de detección rápida juega un papel cada vez más importante en el sistema de control de seguridad alimentaria con sus ventajas únicas. Wuhan Yupinyan Bio seguirá comprometida con la innovación y el desarrollo de la tecnología de detección rápida de seguridad alimentaria, mejorará continuamente el rendimiento de los reactivos de detección, contribuirá a la protección de la "seguridad en la punta de la lengua" del público y ayudará a construir un sistema de garantía de seguridad alimentaria más completo.